Es un texto presentado al concurso periodístico intergeneracional "Tienes una historia que contar", organizado por Caixa Catalunya. Escrito por Anunciación Sancho López (77 años) y María Jesús Pérez Sánchez (22 años). Seleccionado para ser publicado en un libro.
El relato se inicia así:
"Anunciación era aún una niña, pero ya figuraba en el bando de los perdedores de la guerra. Cuando las bombas caían, cuando la comida escaseaba, a ella y a su familia aún les quedó el apoyo de una fe perseguida.
El racionamiento de posguerra se cebaba en una mesa rodeada de niños. Los alimentos a que las cartillas daban derecho apenas bastaban y el sueldo del contable de una fábrica de tejidos no alcanzaba para comprar en el estraperlo. Sólo quedaban las oraciones. En aquella mesa, el pan se pedía a Dios. Y un día, llegó. Venía en forma de harina, pero las manos y una cocina bilbaína lo convertían en miga y corteza. “Había que dar gracias a Dios porque nos había mandado el pan."
El Dios al que Anunciación dirigía sus ruegos era el de los evangélicos. Un Dios al que, durante mucho tiempo, sus fieles sólo pudieron rezar ocultos. Pero cuando Anunciación Sancho habla de los temores de su infancia ni juventud, pasadas entre las bombas de la Guerra Civil que sembraban Valladolid y la represión de la Dictadura, su voz no guarda rencor. En ella no hay notas de amargura y resentimiento, sólo un punto de incomprensión resignada, como si a pesar de sus 77 años, aún viera aquellos tiempos con ojos de niña"
Fuente: "Tienes una historia que contar" - Caixa Catalunya Obra Social
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